10/10/10
Noé y el diluvio. Genesis 6-9
Noé y el diluvio
Génesis 6-9
Adán y Eva tuvieron otros hijos. Cuando estos crecieron, tuvieron a su vez muchos hijos, de tal manera que la tierra se fue poblando. Pero a medida que pasaba el tiempo, más y más personas desobedecían las leyes de Dios. Cuando Dios vio todas las cosas malas y terribles que la gente hacía, se arrepintió de haber creado a la humanidad.
Sin embargo, Dios vio que entre esa gente había un hombre bueno llamado Noé. Él y su familia lo amaban y obedecían. Dios le anunció a Noé que iba a destruir a la mayoría de los seres vivos sobre la tierra a causa del desorden y de su mal comportamiento. Dios explicó estas cosas a Noé porque quería protegerlo a él y a su familia, y empezar con ellos una nueva familia de pueblos que quisieran escuchar y obedecer al Señor.
Dios ordenó a Noé construir un arca de madera (el arca era una especie de barco muy grande). Noé y su familia obedecieron las órdenes de Dios y cuando el arca estuvo lista dijo Dios a Noé: "Entra en el arca con toda tu familia y trae, además, dos ejemplares, macho y hembra, de cada animal que existe sobre la tierra. Así ustedes y los animales podrán salvarse cuando yo haga caer una gran tormenta y muchas lluvias sobre la tierra que la inundarán por completo, para terminar con la maldad de toda la humanidad".
Noé reunió a toda su familia y entró con ella en el arca. También llevó a todos los animales, y los hizo entrar de dos en dos. Además llevó comida para su familia y para los animales, porque a la semana siguiente empezaría a llover. Y durante cuarenta días y cuarenta noches llovió y llovió sin cesar. El agua fue subiendo y se hizo cada vez más abundante, hasta que cubrió las montañas más altas.
El arca se levantó y comenzó a flotar sobre la superficie del agua. Todos los seres vivientes fueron cubiertos por las aguas menos Noé y su familia, con los animales que llevaba en el arca.
Dentro del arca todos se encontraban seguros y sanos. Por fin cesó la lluvia y las aguas empezaron a bajar. Entonces el arca de Noé se posó sobre el monte Ararat. Pero Noé no sabía si el agua ya había bajado o todavía era muy abundante. Para averiguarlo, abrió una pequeña ventana en la parte alta del arca y dejó salir un cuervo y una paloma. Como el agua estaba todavía muy alta, las aves no encontraron un lugar donde posarse. Entonces regresaron al arca.
Una semana más tarde Noé volvió a soltar una paloma. Esta vez la paloma encontró un árbol de olivo donde pudo descansar. Luego tomó una pequeña ramita de olivo en su pico y regresó al arca. Entonces Noé comprendió que las aguas del diluvio habían bajado hasta dejar libres los árboles.
Sin embargo, Noé esperó todavía una semana más y soltó otra paloma. Esta vez la paloma no regresó al arca, porque había encontrado alimento y árboles para dormir. Entonces Noé comprendió que ya era el momento para abandonar el arca, de modo que al amanecer salió con su familia y con todos los animales.
El paisaje fuera del arca brillaba como un mundo nuevo.Noé pudo observar cómo las aves del arca volaban hacia el horizonte para empezar una nueva vida. Apareció en el cielo un arco iris grande y hermoso, que se extendía desde oriente hasta occidente. Dios dijo entonces a Noé:
"El arco iris es una señal de mi promesa de amar y cuidar a todos los seres vivos". Noé y su familia estaban felices. Ellos sentían que estaban viviendo el comienzo de una nueva vida humana sobre la tierra, y experimentaban en su corazón el gozo del amor de Dios y su protección paternal.