Jesús es bautizado
Mateo 3, 1-17
Muchos años después, cuando Jesús creció y fue ya un hombre, Juan el Bautista comenzó a predicar enel desierto. Juan era el primo de Jesus, el hijo de Isabel. "¡Cambien sus corazones!, exclamaba. "¡El reino de los Cielos está muy cerca!".
Juan se vestía con una túnica hecha de piel de camello y llevaba un cinturón de cuero. Vivía en el desierto y se alimentaba de langostas silvestres y miel. Mucha gente se acercaba para escucharlo. Así, las personas, después de escuchar sus palabras, se arrepentían de sus pecados y se dejaban bautizar por él en el río Jordán.
Juan les decía: "Yo los bautizo con agua para que puedan cambiar su vida. Pero alguien viene detrás de mí, alguien mucho más grande que yo. Él los bautizará en el Espíritu Santo". Juan se refería a Jesús.
Un día, Jesús se dirigió al Jordán para ser bautizado por Juan. Él sabía que Jesús era el Mesías esperado y que era mucho más grande que él. Al principio Juan no quiso bautizar a Jesús porque sabía que él no tenía ningún pecado y, por tanto, no había necesidad de que cambiara su corazón y su vida. Pero Jesús, que se había hecho hombre para ser igual a las personas que había venido a salvar, quiso ser bautizado como todos los demás.
Jesús amaba a los pecadores y quería llevarlos de regreso a la casa de Dios, su Padre. Fue así como Juan bautizó a Jesus. Y cuando salió del agua, el cielo se abrió de improviso y el Espíritu Santo descendió sobre Jesús en forma de paloma. Entonces se escuchó una voz que decía: "Este es mi Hijo muy amado, escúchenlo".
