14/10/10

La venida del Espíritu Santo Hechos 2

                
                                           La venida del Espíritu Santo
                                                          Hechos 2

Los Apóstoles esperaron y oraron junto a María, en las habitaciones superiores de la casa, durante diez días.
En un día especial, ¡algo maravilloso sucedió! Ese día tan importante era Pentecostés.
Una fiesta en la que cada año, el pueblo judío daba gracias a Dios por las cosechas.
También recordaba el momento en que Dios les había entreado los Diez Mandamientos.
              Ahora, en este Pentecostés especial, un fuerte viento sopló en toda la casa.
Llamas de fuego aparecieron sobre la cabeza de cada uno de los discípulos de Jesús.
Y entonces comenzaron a alabar a Dios en diferentes idiomas. ¡El Espíritu Santo había descendiddo sobre ellos!
Muchos judíos provenientes de distintos países estaban de visita en Jerusalén y oyeron a los Apóstoles que alababan a Dios en sus propios idiomas. Supieron que algo maravilloso estaba sucediendo, pero no poidían entender de qué se trataba.
                   Pedro habló entonces a la multitud. "Pueblo de Israel, ¡escúchame! Jesús es el enviado de Dios. Él hizo muchos milagros para demostrarlo. Fue condenado a muerte en la cruz, pero Dios lo resucitó de la muerte.
Ahora estamos aquí para contarles todo acerca de jesús. ¡Él acaba de enviar su  Espíritu Santo sobre nosotros! Ustedes deben creer que Jesús es el Señor. Él es el Salvador enviado por Dios".
               Muchas personas creyeron en las palabras de Pedro. Cerca de trescientas se bautizaron ese día. Ese fue el comienzo de la Iglesia. Los creyentes aprendieron muchas cosas de Jesús a través de los Apóstoles.
                 Rezaban juntos y celebraban la Eucaristía. Vivían en comunidad, ayudándose unos a otros, y cada día se les unían más y más personas.
Pedro y los demás Apóstoles ya no tuvieron miedo de que los reconocieran como seguidores de Jesús. Comenzaron a predicar acerca de él e hicieron muchos milagros en su nombre. A pesar de que los líderes religiosos intentaron detenerlos, ellos continuaron enseñando la Palabra de Jesús a todos los que quisieran escucharlos. El Espíritu Santo oos había hecho muy valientes.
En la ciudad vivía un  hombre que se llamaba Ananías. Jesús se le apareció yle dijo que debía ir a la casa donde se alojaba Saulo. Jesús dijo a Ananías: "Yo lo he elegido para que anuncie mi Palabra a todas las naciones".
               Ananías obedeció, fue a buscar a Saulo y cuando lo encontró le dijo: "Hermano Saulo, Jesús me envió para ayudarte a recuperar la vista". Entonces Saulo volvió a ver. Fue bautizado y se llenó del Espíritu Santo.
Saulo aprendió sobre Jesús a través de los miembros de la Iglesia de Damasco. Y luego empezó a contar a otras personas que Jesús era el Hijo de Dios. Pasó el resto de su vida viajando a lugares lejanos para anunciar a la gente el mensaje de Jesús.
Usaba el nombre romano "Pablo", porque la mayoría de las personas a las que predicaba eran griegas o romanas.
Gracias a Pablo, muchas personas que ni siquiera eran judías pudieron conocer a Jesús.
Pablo dio su vida por Jesús.
Y nosotros lo llamamos "san Pablo". También podemos leer en la Biblia algunas de las cartas que escribió. Las cartas de san Pablo también nos enseñan a ser fieles seguidores de Jesús.