11/10/10

El sermón de la montaña.Mateo 5-7

                                      

                                           El sermón de la montaña
                                                     Mateo 5-7

Eran muchísimas las personas que seguían a Jesús para esucharlo hablar. Entonces, Él subió a la cima de un monte y se sentó. Sus discípulos y los que lo seguían se sentaron a su alrededor. De este modo, todos podían verlo y oírlo. J´sús, entonces, comenzó a enseñarles:
"Felices ustedes, si son pobres de espíritu, ¡porque el reino de los Cielos es de ustedes! Si algo les causa tristeza, por el contrario, alégrense, porque Dios les dará consuelo. Si tienen hambre y sed de justicia, serán saciados.
Si son buenos con los demás, ustedes también serán tratados con bondad. Si aman a Dios sobre todas las cosas, lo verán en su gloria. Si ustedes aman la paz y trabajan po r ella, serán llamados hijos de Dios. ¡Alégrense! Si la gente los insulta o los persigue porque son fieles a mí, ¡Alégrense! Si la gente los insulta o los persigue porque son fieles a mí, ¡alégrense! ¡Tendrán una enorme recompensa en el cielo!
Ustedes son la luz del mundo. Cuando la gente vea que ustedes son buenos, entonces alabarán al Padre que está en el cielo.
Nunca se enojen.Cuando tenan un problema con alguien, resuélvanlo enseguida para que puedan volver a ser amigos.
Amen a los que son malos con ustedes. Así podrán demostrar que son verdaderamente hijos de Dios. Porque Dios hace brillar el sol sobre buenos ymalos. Y también envía la lluvia para aquellos que hacen el bien y para los que obran mal. Sean buenos como su Padre del cielo, y ámense unos a otros.
                        Perdonen a los demás cuando les hagan algún mal. No olviden que el Padre del cielo siempre los perdona, una y otra vez.
             Pongan a Dios en primer lugar y cumplan su voluntad. Confíen siempre en Él y pídanle todolo que necesitan.  Dios los ama y se preocupa por ustedes más que nadie en el mundo.
Traten a los demás como les gustaría que los trataran a ustedes. Esto es lo que Dios les pide.
Cuando Jesús terminó de hablar, la gente quedó muy admirada y sorprendida. ¡Nunca antes habían oído que alguien les hablara asi!

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Cuando leemos este pasaje del Evangelio, donde Jesús enseña desde la montaña, recordamos a Moisés. Él recibió los diez Mandamientos que Dios le entregó en una montaña y luego bajo apra dárselos a su pueblo. Jesús también estuvo en la cima de un monte para ayudar a las personas a entender mejor qué esperaba Dios de ellas, cómo debían vivir. Los que escuchaban a Jesús conocían muy bien a Moisés y sabían que había sido muy importante para el pueblo judío. Ahora tenían a un nuevo dador de la Ley, Jesús, el Hijo de Dios.
Jesús también les enseñó a rezar una hermosa oración:
el Padrenuestro.

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Padre nuestro, qu estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu Reino; hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a quienes nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal.
Amén.