Caín y Abel
Génesis 4
Adán y Eva tuvieron dos hijos. Ellos se llamaban Caín y Abel. Abel era un pastor y Caín era un granjero.
Pasado algún tiempo Caín empezó a sentir envidia y celos de su hermano Abel.
Dios le dijo a Caín: "¿Por qué estás enojado? Si tú hicieras lo que es bueno, nunca estarías triste. Dile no al pecado, no a la envidia. Si quieres, tú puedes". Pero Caín decidió matar a su hermano Abel.
Este fue un terrible error.
Dios no quiere que cometamos pecados. Él nos ama tanto que no quiere que nos lastimemos unos a otros. Después que Caín mató a su hermano Abel, Dios hizo que se alejara de aquel lugar. Desde ese momento Caín jamás volvió a tener un hogar y se vio obligado a ser un vagabundo donde quiera que fuera. Pero a pesar de su pecado, Dios lo seguía amando y por eso nunca permitió que le sucediera ningún mal, porque le había prometido protegerlo.
Caín y Abel habían nacido con el pecado de sus padres en el alma. Este se llama "pecado original".
Dios en el Bautismo, nos ha hecho un gran regalo porque, el pecado original es perdonado por Dios y borrado de nuestras almas. Así nos convertimos en hijos e hijas de Dios. Esto significa que Jesús vuelve a ser nuestro hermano y el cielo vuelve a ser nuestro hogar.
El Bautismo nos hace miembros de una misma familia: la iglesia. Nosotros hemos recibido todos estos maravillosos regalos de parte de Dios porque Jesús vino para ser nuestro salvador, así como Dios lo había prometido a Adán y Eva.
