11/10/10

Jesús elige a los Apóstoles.Lucas 5,1-16; 27-32; 6, 12-16

                      

                                             Jesús elige a los Apóstoles
                                             Lucas 5,1-16; 27-32; 6, 12-16


Jesús comenzó a anunciar la buena noticia del reino de los Cielos. Un día, mientras estaba hablando a orillas de un lago, muchas personas que trataban de acerarse a Él empezaron a empujarlo. Cerca de allí, unos pescadores limpiaban sus redes en el agua.
Uno de ellos, llamado Simón, dejó que Jesús subiera a su barca. Una vez dentro, Simon se alejó un poco de la orilla para que Jesús pudiera enseñar a la gente desde allí.
Cuando Jesús terminó de predicar a la gente dijo a Simon: "Ve a la parte más profunda del lago y arroja tu red para pescar".
Simón respondió: "Maestro, mis hombres y yo estuvimos trabajando durante toda la noche y no pudimos pescar nada. Pero si tú me lo pides, voy a arrojar la red nuevamente". Entonces Simñon y sus compañeros, Juan y Santiago, y los demás pescadores fueron a lo más profundo del lago y arrojaron sus redes. Cuando tiraron de ellas para levantarlas, ¡estaban tan llenas de peces que casi se rompen!
Simón se arrodilló delante de Jesús y le dijo: "Señor, aléjate de mí, no merezco tu presencia, porque soy un pescador".
    Pero Jesús sonrió y dijo: " No tengas miedo. A partir de este momento serás pescador de hombres". Simón, Santiago y Juan acercaron sus barcas a la orilla.
Entonces dejaron todo lo que tenían y se convirtieron en discípulos de Jesús. Otro día, Jesús se encontró con un recaudador de impuestos llamado Leví (también conocido como Mateo) que estaba sentado en su puesto.
"Sígueme", le dijo Jesús. Leví se levantó, dejó su trabajo de recaudador  de impuestos y se convirtió en discípulo de Jesús.
                  Al poco tiempo Leví organizó una fiesta en su casa para Jesús. Muchos de los invitados eran recaudadores de impuestos y otras personas que no observaban la Ley judía. Cuando los maestros de la religión vieron esto, le dijeron a Jesús que no era bueno hacerse amigo de los pecadores.
Jesús les explicó: "No son las personas sanas las que necesitan al médico, sino los enfermos. Yo llamo a los pecadores para que cambien su corazón.
La gente que se cree buena y piensa que no tiene ningún pecado, también cree que no tiene nada que cambiar en su vida".
Pasado algún tiempo, Jesús subió a una montaña y allí pasó toda la noche rezando a Dios, su Padre. Por la mañana, llamó a todas las personas que lo habían seguido y escuchaban sus enseñanzas.
Entre ellas eligió a doce hombres para que fueran sus apóstoles. Ellos aprendieron mucho de Jesús porque lo acompañaban a todas partes, día y noche. Y viajaban con Él de ciudad en ciudad. Con frecuencia, cuando estaban solos, Jesús les explicaba todo lo que enseñaba a la muchedumbre. Y cuando estuvieron listos, los envió por el mundo, dándoles el poder de anunciar a todos la buena noticia del reino de los Cielos y de curar a los enfermos de la misma manera como Él lo hacía.
Los doce Apóstoles eran Simón, a quien Jesús llamó Pedro, su hermano Andres, Santiago y Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago, el hijo de Alfeo, Simón el Zelote, Judas y Judas Iscariote, el que finalmente traicionó a Jesús.